Hola!
Hoy os traigo un felino espectacular: el león blanco, según la leyenda sudafricana, este destacado felino es sagrado y
otorga felicidad a quien se cruce con uno. Esto, en lo concreto, no
sucedió hasta 1975, cuando fueron encontrados dos cachorros blancos en
la reserva Timbavati, cerca del Parque Nacional Kruger, de donde son
endémicos. A partir de ese momento, se lo clasificó dentro de la especie
Panthera Leo.
A diferencia de lo que por lo general se piensa,
los leones blancos no son albinos, ya que poseen pigmentación normal en
los ojos (que suelen ser color dorado o avellana, pero también azul
grisáceos o verde), labios y almohadillas. El extraño color de su pelaje
se debe a un gen recesivo que inhibe el depósito de pigmentos, excepto
sobre los extremos del pelo. Así, el término correcto para su condición
es leucismo.
Al nacer, su pelaje es de color blanco puro que, con el correr del
tiempo, se va tornando crema o marfil. Pero, más allá de la admiración
que nos pueda despertar su singular tonalidad, lo cierto es que la misma
es una desventaja al no camuflarlos correctamente con el entorno, lo
que los vuelve altamente visibles para depredadores (hienas) y cazadores
humanos.
Hasta otro dia.
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